El Granada recibía al colista del grupo IV, un Écija que no había conseguido puntuar más que en tres empates en casa, muy distinto al campeón de la anterior temporada. El partido se planteaba facil, ya que encadenábamos una racha positiva de resultados en casa y jugabamos ante un equipo debil.
Aunque los rojiblancos dominaron en cuanto a juego y posesión, los primeros en llegar con claridad fueron los astigitanos. Costaba muchísimo disparar entre los tres palos o poner en apuros a Luque, aunque eran continuos los intentos de Lafuente, Altuna y Oscar Martinez.
El equipo notó la entrad
a de Israel y Vicente, que aportaron más garra y una mejoría a la hora de terminar las jugadas, aunque estas no fueron suficientes, ni lo suficientemente contundentes. En la segunda mitad pudimos ver un gol anulado en cada portería. El de los blanquiazules posibilitó un contraataque granadino, que sorprendió a los visitantes, que todavía celebraban el gol. Síntoma del trabajo, el estudio y el buen hacer de la plantilla y el cuerpo técnico.
El Écija cambió con la entrada de jugadores como Luna, llegando al area con frecuencia, con potentes disparos que el recuperado Felix despejaba espectacularmente, y encadenando varias jugadas de ataque y corners, que terminaban sin consecuencias.
Cuando todo parecía indicar que nos ibamos con el 0-0, el árbitro decide ver falta en 
un choque en la frontal, ya en el añadido, el disparo choca en la barrera, cambiando totalmente la trayectoria y encontrando el fondo de las mallas. No sería realista echar toda la culpa del resultado a la mala suerte, ni al árbitro... pero no podemos dejar de pensar que esto sólo nos pasa a nosotros. Vaya planta.
Aunque dolidos por esta inesperada derrota, no podemos dejar de pensar en el siguiente partido, de nuevo en casa. Un partido distinto, en muchos factores, en el que esperamos ver al verdadero Granada C.F. luchando por estar donde se merece.
VIVA EL GRANADA CF
SEMPER FIDELIS
SEMPER FIDELIS