PUNTO Y PUNTILLO MAÑANERO EN VALLECAS

Era más que sabido que el partido de ayer en Vallecas podría marcar en gran medida nuestras opciones de cara al final de liga. Tras un par de traspiés en las anteriores jornadas encarábamos la parte más complicada del calendario (con encuentros ante Rayo, Celta, Xerez, Cartagena, Barcelona B). El resultado podría marcar si entraríamos en una racha negativa o si seríamos capaces de plantar cara a un lider fuerte en casa, puntuar y seguir mirando arriba con optimismo y con el “objetivo” de la permanencia casi en el bolsillo.



Sin duda, el partido iba a ser duro. Los problemas institucionales y económicos de los locales, lejos de generar inestabilidad en lo deportivo, han propiciado una unión entre plantilla y grada que podría chocar con la mezcla entre conformismo e indecisión de los nuestros fuera de casa.

Es indiscutible el dominio de los franjirrojos, que obligaron a lucirse a Roberto en varias ocasiones, pero tras un aviso de Geijo y una de las pocas decisiones que el árbitro tomó a favor de los visitantes, Benitez nos adelantaba con un genial lanzamiento. En la segunda parte, los rayistas apretaban y marcaron, nuestros contragolpes eran cada vez más inofensivos, especialmente cuando eran conducidos por el poeta, cuya musa debe de estar de vacaciones.

Los cambios no mejoraron nuestra peligrosidad arriba y mientras que nuestra solidez defensiva consiguió que el marcador no se moviera ni ante la calidad y ganas de los vallecanos. El reparto de puntos no sirve de mucho a ninguno de los dos. Aunque ellos siguen líderes y nosotros en play off de ascenso a primera.

Los 4 gatos se desplazaron nuevamente, para algunos fueron unas pocas paradas de metro, y para otros unas cuantas horas de autobus y como Dios manda, afrontaron el partido con una bota de vino reglamentaria (que se acabó en el minuto 12). Aunque no nos dieramos cuenta, ese limoncello fue determinante para dar fuerzas y ayudar con los cánticos de los más de 1000 granadinos desplazados. No hay motivo para no llevarla. La única razón para que la peña no tenga una bota en los partidos, es que tenga dos.

Al igual que en Valladolid, los peñistas se sorprendieron de la afición local. Lejos de tener que resumir las relaciones con los seguidores de otros equipos entre amigos o enemigos; buenos o malos; en ambos campos la convivencia demostró el señorío y el saber estar de la primera división. Evidentemente, siempre hay de todo y no es oro todo lo que reluce, pero es un lujo y un gustazo poder visitar un campo sin ver que se lleven la mano a los cojones con sus goles o insulten a quien anime al otro equipo.

Las próximas 4 semanas decidirán cuales pueden ser las aspiraciones lógicas de aquí a final de liga y permitirían acortar distancias con los de arriba y ampliar la ventaja con los perseguidores. La recta final de liga va a estar muy muy interesante.

Viva el granada CF

SEMPER FIDELIS
El vino en bota...